Los abusos sexuales se pueden dar a cualquier edad,
"aunque la pubertad es el período en el que los niños y las niñas son más
vulnerables. La edad media de las víctimas en la primera agresión se sitúa
entre los 7 y 8 primeros años.
Cabe señalar que son 4 veces más frecuentes en las chicas y
4,6 veces más en menores con algún tipo de discapacidad" señala Alexander
Muela, Doctor en Psicología en la Universidad del País Vasco.
En 2012 la OMS reveló que los niños con algún tipo de
deficiencia o minusvalía tienen un riesgo mayor de sufrir abusos. "Por
ejemplo, se ha encontrado que los niños y las niñas con sordera presentan el
doble y el triple de probabilidad de sufrir abuso respectivamente", añade
David Cantón, Doctor en Psicología en la Universidad de Málaga.
Según ambos especialistas, existen signos que indican cierta
evidencia de padecimiento de abusos sexuales:
Masturbación compulsiva (se advierte cuando ésta es la
actividad que más interés despierta en el niño o que no puede evitar incluso
delante de una figura que podría censurarlo).
Conductas hipersexualizadas y/o autoeróticas.
Una variante peculiar de los juegos 'médicos', 'los novios'
o 'el papá y la mamá'.
Excesiva curiosidad sexual para su edad.
Tratar de tocar u oler genitales de un adulto.
Simular movimientos de coito.
Introducir la lengua cuando se besa.
Exhibicionismo.
Agresiones sexuales a otros niños
También puede detectarse en una inspección médica. Muela nos
explica las consecuencias tras sufrir dichos abusos en función del tiempo y la
edad:
Efectos a corto plazo: Aparecen dos años después de la
revelación del abuso. Quejas somáticas, alteración hormonal, embarazo no
planificado, vergüenza, fobias, culpa, depresión...
Efectos a largo plazo: Pesadillas, dificultades para dormir,
estrés postraumático, ideas suicidas, imágenes obsesivas, baja autoestima...
Edad preescolar (0-6 años): Discapacidades cognitivas que
afectan al desarrollo intelectual, físico y social, además de ansiedad,
pesadillas, aislamiento...
Edad (7-12 años): Anormalidades en los genitales, enuresis,
desregulación del cortisol. Pesadillas, trastornos de conducta,
hiperactividad...
Adolescencia: Inicio temprano en las relaciones sexuales,
promiscuidad, prostitución, abuso de sustancias, conducta autolesiva, intentos
de suicidio...
Para el psicólogo "es importante especificar que un
significativo porcentaje de víctimas de abuso sexual no muestra síntomas de
ningún tipo. Las consecuencias del abuso sexual, a veces, no son tan evidentes
(no es el caso de los abusos con penetración)".
A pesar del elevado porcentaje de casos que se producen en
el entorno familiar,solo un 2% acaba en denuncia. "En caso de que exista
sospecha de que su hijo ha podido sufrir abuso se podría preguntar
directamente, de forma calmada, si alguien le ha tocado de un modo que no le
gustó o le han forzado a hacer cosas que él no quería", aconseja Cantón.