Cómo debemos cortar una relación tóxica de raíz

Si hemos mantenido una relación tóxica debemos ser conscientes de que quizá no sea posible quedar como amigos, ya que mantener el contacto con esa persona puede resultar perjudicial para nosotros


Sabemos que no nos hace bien, que la relación que mantenemos con la otra persona es de todo menos sana. Sin embargo, nadie nos ha enseñado cómo cortar una relación tóxica de raíz.

Nos han dado indicaciones para volver con esa persona, para luchar por un amor que ya ha desaparecido, para seguir aguantando una situación que se cae por sí misma.


En definitiva, nos han dotado de herramientas para evitar que una relación se rompa, pero se han olvidado de enseñarnos aquellas que indican cómo cortar una relación tóxica.

La manipulación es nuestra gran enemiga



Toda persona tóxica hace uso de la manipulación. Puede que amenace, que llore, que se queje o que ponga en práctica otra serie de recursos que le permitan obtener algo a cambio de utilizarlos.
No obstante, si queremos aprender cómo cortar una relación tóxica de raíz, es importante que abramos los ojos ante los innumerables intentos de manipulación que puede dedicarnos la otra persona.
La manipulación se esconde bajo las más sutiles palabras o actos casi imperceptibles. Hay que estar muy atentos para vislumbrar cualquier intento y que no pase desapercibido.
Por eso, cuando queremos cortar una relación tóxica, en este caso, de pareja, no podemos dejarnos encandilar por promesas de cambio o por peticiones de segundas oportunidades.


Flaquear en este momento abrirá una puerta que la otra persona aprovechará para evitar que seas tú quien decida cuándo se cierra.
Si tu relación de pareja es tóxica y tienes claro que quieres irte, hazlo sin miramientos, tápate los oídos y sigue tu camino. Eso sí, estate atento, porque esto no termina aquí.

Cómo cortar una relación tóxica sin sentirnos culpables



El problema de estar en una relación tóxica y de que la otra persona intente manipularte para que no te vayas para siempre de su lado es que te hará sentir culpable.
Una vez que te vayas, que te hayas tapado los oídos y te hayas marchado sin miramientos, las llamadas, quizás acoso e incluso alertas sobre intentos de suicidio intentarán llamar tu atención.
No soportamos que la otra persona quiera sienta tanto dolor y así nos lo haga saber. No estamos viendo de que todo esto es un intento de manipulación.
No somos capaces de soportar el terrible sentimiento de culpa que nos aborda si hacemos caso omiso, si cambiamos de número o de vivienda… Creemos que no tenemos escapatoria.
Sin embargo, sí la tenemos. Es más, si ninguno de estos mensajes nos llega, no podemos sentirnos culpables. No olvidemos que hemos salido de una relación tóxica, pero que aún no la hemos cortado de raíz.

El contacto cero es muy importante


Aquí no sirve de nada el “vamos a quedar como amigos” o “no me alejo de esa persona totalmente porque le tengo mucho cariño”.
En el momento en el que hay algún tipo de manipulación de por medio que nos está haciendo daño, que evita que podamos desprendernos de esa relación definitivamente, hay que poner en práctica el contacto cero.
Hoy en día es muy fácil. Basta con eliminar y bloquear a esa persona de cuantas redes tengamos. Incluso podemos cambiar de número si eso se nos hace muy tedioso.
No obstante, debemos tener en cuenta que tenemos que enfrentarnos con la culpa. Nos vamos a sentir culpables por desaparecer de su vida. Nos sentiremos mal por romper de manera tan brusca con todo.
En nuestro interior, también hay un cierto anhelo por mantener determinado contacto con esa persona. Pero tras una relación tóxica, con alguien tóxico, esto es imposible.
Si respondemos a esa llamada que suena, si no podemos evitarlo, si no somos capaces de darle al botón de bloquear, entonces ¿qué esperamos que suceda?
Esperamos que la otra persona cambie su actitud, que las circunstancias también cambien… Esperamos imposibles y, mientras, continuamos perpetuando una situación que está en nuestras manos detener.


Se puede cortar una relación tóxica de raíz. Para ello, tenemos que hacerle frente a la culpa y poner en práctica el contacto cero.
El esfuerzo valdrá la pena.

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