Según esta investigación, el consumo frecuente de alimentos azucarados crea una adicción física mucho más poderosa que la cocaína. También aumenta el riesgo de contraer cáncer en 10 veces más.
Más adelante vamos a ver la relación que hay entre el cáncer y el azúcar, pero antes veremos la tendencia en el consumo de azúcar en los últimos 300 años.
- En 1700, la persona promedio consumía aproximadamente 2 kilos de azúcar al año.
- En 1800, la persona promedio consumía aproximadamente 8 kilos de azúcar al año.
- En 1900, el consumo individual aumentó a 40 kilos de azúcar por año.
- En 2012, más del 50% de todos los estadounidenses consumieron 450 gramos de azúcar al día, lo que se significa 81 kilos de azúcar al año.
En 1890, sólo 3 de cada 100.000 personas tenían diabetes. En 2012, casi 8.000 de cada 100.000 personas fueron diagnosticadas con diabetes ¡y el número está aumentando todo el tiempo!
Formando nuestra adicción al azúcar
La “fiebre del azúcar” se ha dirigido a nuestros niños. Los niños estadounidenses están consumiendo alrededor de 10 veces más azúcar que en 1900, especialmente en forma de jarabe de maíz de alta fructosa, que es la mayor fuente de calorías del americano promedio.
El JMAF es altamente adictivo, contiene fructosa y glucosa pero no están ligados entre sí (como lo están en el azúcar de mesa), por lo que el cuerpo no necesita descomponerlo. Por lo tanto, la fructosa se absorbe inmediatamente, dirigiéndose directamente al hígado, lo que la convierte en grasa (LDL y triglicéridos).
Según el Dr. Joseph Mercola:
La fructosa también engaña al cuerpo para que suba de peso, engañando a su metabolismo (ya que apaga el sistema de control del apetito).
La fructosa no estimula apropiadamente la insulina, que a su vez no suprime a la “grelina” (hormona del hambre) y no estimula la “leptina” (hormona de la saciedad). Todo esto resulta en una alimentación más abundante y una mayor resistencia a la insulina”.
Este proceso también suprime al sistema inmunológico. El consumo excesivo de azúcares procesados puede llevar a comprometer la función inmune (reduciendo la capacidad de los glóbulos blancos para destruir bacterias), obesidad y diabetes.
Y por si fuera poco, recuerda que el azúcar es altamente adictivo.
El Dr. Serge Ahmed de Burdeos, Francia, ha estado trabajando con ratas, dándoles la opción entre cocaína y azúcar. Adivina quién gana una y otra vez. Pues, el azúcar.
Resulta que el sabor dulce del azúcar es más gratificante que el de la cocaína.
El azúcar hace que el cerebro produzca dopamina. La gente se vuelve adicta a consumir azúcar, porque necesita sentirse bien y feliz.
Si se pasan algunos días sin ingerir nada de azúcar, el cerebro empieza a producir dopamina por sí solo, pero el contra es que el proceso de abstinencia mantiene a muchos “adictos al azúcar” atrapados en la adicción, porque desean volver a consumir.
¿El azúcar alimenta al cáncer? Explorando la conexión entre azúcar y cáncer
Debido al mecanismo respiratorio anaeróbico que presenta toda célula cancerosa, el azúcar es el alimento favorito del cáncer. Esto significa que el cáncer se alimenta de azúcar.
Y debido a que la mitad del azúcar blanco de los Estados Unidos proviene de la remolacha azucarera, hay que recordar que la mayoría de las remolachas están ahora genéticamente modificadas, con todos los riesgos asociados a los “alimentos” TRANSGÉNICOS.
Esta es otra razón para mantener la “Muerte Blanca” fuera de tu alimentación y reducir así el riesgo de varios tipos de cáncer, ¿no?
Si tienes gusto por los dulces, lo mejor es que empieces a consumir stevia verde, que es 100% orgánica, también puedes consumir xilitol, miel cruda, jarabe de arce puro, melaza, jarabe de ágave o azúcar de coco.
En suma, si quieres mantenerte saludable, debes tomar el control sobre tu consumo de azúcar, para que ella no tome el control sobre tu salud y tu vida.