Los pulmones son los órganos encargados de realizar el proceso de la respiración, por lo que no es de extrañar que sean los más afectados en las personas que fuman.
Normalmente los pulmones intercambias oxígeno y dióxido de carbono, inspirando el aire fresco mientras se deshace del aire viciado. Sin embargo, al inhalar determinados gases tóxicos, son los primeros órganos en ser afectados y con el tiempo pueden llegar a registrar serias lesiones.
Todas las personas debido a los factores del entorno (contaminación, tabaquismo pasivo, entre otros), se ven expuestas a cierta cantidad de daño pulmonar. Aunque en los fumadores, este daño en los pulmones puede ser mayor e incluso tras renunciar al cigarro, dichos efectos se mantienen durante varios años.
Es por ello que la mayoría de los fumadores padecen de bronquitis o tos persistente con frecuencia. Una clara señal de que los pulmones necesitan una limpieza después de inhalar tantos gases tóxicos.
El proceso de limpieza también se recomienda para las personas que no fuman, para asegurar mantener tus pulmones en perfecto estado de salud y así mejorar tu calidad de vida.
Alimentos que ayudan a limpiar los pulmones
Para mantener tus pulmones limpios y saludables puedes recurrir a ciertos alimentos que te brindaran los beneficios necesarios para asegurar su buen estado.
La cebolla, el ajo, el jengibre y la cúrcuma son tus mejores aliados para realizar esta limpieza ya que poseen propiedades preventivas contra enfermedades malignas. Especialmente la cúrcuma, que es antibacteriana, antiviral y anticancerígena.
Cúrcuma, tu mejor aliado para realizar una correcta limpieza pulmonar
Ingredientes:
- Un kilo de cebollas
- 1 litro de agua
- 400 gramos de azúcar mascabado/orgánica/panela
- 2 cucharaditas de cúrcuma
- Una pequeña raíz de jengibre pelada y fresca
Preparación:
- Agregar el azúcar al agua y llevarla a fuego.
- Añade la cebolla picada en cuartos, el jengibre y la cúrcuma.
- Baja el fugo cuando comience a hervir y deja cocinar hasta reducir el líquido hasta la mitad.
- Una vez fría la mezcla, guárdala en un frasco de vidrio y refrigera en la nevera.
- Durante las mañanas antes de comer toma dos cucharadas de esta preparación. En la noche, dos horas antes de irte a dormir debes repetir la dosis.