Para muchas personas decir “no” a la petición de ayuda por parte de los individuos de su entorno resulta en una labor difícil de llevar a cabo. Esto se debe a diversas razones personales y emocionales las cuales justifican este comportamiento.
Para algunos, ayudar a los demás representa una forma de validar su conocimiento y buen carácter. Para otros es un método mediante el cual se demuestra su éxito y seguridad, dado que sin importar el pedido, son capaces de cumplir con lo solicitado sin miedo a defraudar.
Decir “no” a tus amigos, familiares o conocidos es una respuesta inimaginable, especialmente si le temes al rechazo, al conflicto o ser catalogado como egoísta. Por lo que tiendes a acceder a los pedidos de otras personas, complaciendo sus deseos incluso cuando estos te representan un malestar físico o emocional.
Es por ello que es importante establecer un límite y reconocer cuando puedes brindar tu ayuda y cuando es necesario decir “no” ante una determinada situación. Después de todo, ayudar al prójimo no es un defecto, al contrario, al mostrarte disponible a colaborar mejora la convivencia con otros.
Pero es importante ser sincero contigo mismo y admitir que en ciertas ocasiones te encuentras muy ocupado como para hacerte responsable del pedido de otras personas. De esta forma podrás resolver los problemas que te aquejan primero y luego si estás disponible, puedes brindar tu ayuda igualmente. Te aseguramos que apreciarán este gesto.
El beneficio de decir “no”
Muchas veces al ayudar a todas las personas de tu entorno, puedes llegar a quedarte sin tiempo para realizar tus propios deberes y obligaciones. Por lo que al rechazar de forma clara y directa a los reclamos y expectativas de los demás, te brindas un “sí” para ti.
Ya que de esta forma priorizas tu deseos y necesidades y te puedes dedicar completamente a realizar todas aquellas cosas que consideras importante para ti. Al decir “no” también contribuyes con una disminución de tus niveles de estrés, originado tras asumir la carga de las responsabilidades de otros.
Además rechazar a otros aunque no lo creas, es una buena forma de aumentar tu autoestima. Dado que al priorizarte sobre las necesidades de los demás, reconoces y defiendes tu posición como prioridad número uno de tu vida, sin dejar que otros te manipulen o te conviertan en su esclavo.
