Jesús no amaba la religión, él amaba a las personas

Cada religión contiene mensajes enigmáticos bajo los cuales se basa la creencia que profesan, sin embargo a veces el propósito original se pierde y con ello su esencia.





El ejemplo más claro de esta situación lo podemos encontrar en el verdadero mensaje que dejó Jesús para la humanidad. Y el como la religión lo ha transmitido para sus seguidores, hasta el punto de llegar a contradecir las bases morales de la fe.

Una parte fundamental en el discurso y en las acciones de Jesús, radicaba en su amor por las personas, sin importar su pasado, origen o pensamiento. “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”, una frase contundente pero cuyo significado se ha perdido bajo otros preceptos de la religión.




Quienes creen desde su corazón en las lecciones que dejó Jesús para sus fieles seguidores, son capaces de reconocer la manipulación que produce la religión, sobre la verdad de sus palabras. Y saben a profundidad que Él nunca aprobaría comportamientos.

Falsos mensajes de la religión y sus seguidores


Destruir al prójimo


Jesús expresó con frecuencia su amor hacia todas las personas, sin tener prejuicios por su labor, origen o apariencia. Mostró su amor a todos los seres vivos de forma desinteresada y no caer en ofensas.


Por lo que al darle la espalda a las personas en base a su creencia, personalidad, o estatus social. Se destruye directamente una de las principales bases morales de Jesús y de su mensaje al mundo.





Irrespetar a otras religiones


El respeto es una base fundamental para las relaciones humanas, especialmente cuando se trata de personas que poseen una religión distinta. Después de todo, de que sirve orar con frecuencia, si se desprecia la fe de otras personas, por no compartir creencias contigo.

Herir a otros en nombre de un Dios


Pese a representar una figura guía para muchas personas, Jesús amaba a todas las personas por igual. Sin establecer una lucha de superioridad contra otras figuras divinas, debido a que buscaba incentivar el respeto hacia las enseñanzas y pensamientos de otros.

Creer para ir al cielo


La frase “Creed en mí y abriréis las puertas del cielo”, ha sido malinterpretada por muchos religiosos. Quienes defienden la exclusividad del cielo únicamente para quienes son seguidores de la religión que profesan. Desestimando así las buenas intenciones de Jesús.

Odio por la diferencia


El hijo de Dios, se encargó de manifestar su corazón dedicado al amor y libre de odio, incluso en los momentos más crueles. Por lo que dejar que el corazón se llene de ira y rencor hacia quienes actúan o piensan distinto, ataca directamente el mensaje de Jesús.

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