La sabiduría japonesa es una de las más atrayentes debido a su forma única de visualizar todos los aspectos de la vida, de las relaciones familiares y sociales así como su análisis del individuo.
Una muestra del increíble pensamiento de la sociedad japonesa se refleja en sus proverbios, los cuales encapsulan su misticismo y enigmática mentalidad. Mediante palabras directas, estos proverbios brindan las herramientas y los pasos necesarios para vivir una vida más plena y llena a nivel mental y emocional.
A continuación te presentamos algunos de estos proverbios japoneses los cuales brindan un mejor entendimiento sobre el pensamiento de la increíble sociedad japonesa.
Proverbios y frases de la sabiduría japonesa
«No digas: es imposible. Di: no lo he hecho todavía».
«Se aprende poco con la victoria, en cambio mucho con la derrota».
«Si puedes resolver el problema, no vale la pena preocuparse por eso; si no se puede solucionar, no tiene caso».
«Si ya lo pensaste, atrévete; si ya te atreviste, no lo pienses».
«No detengas a quien se quiere ir, no corras a quien acaba de llegar».
«Sin personas ordinarias no existen personas grandes».
«Rápido, es despacio pero sin pausas».
«Es mejor ser enemigo de una buena persona, que amigo de una mala».
«Quien desea mucho llegar a la cima, se inventará una escalera».
«El Sol no sabe quién tiene razón y quién está equivocado. El Sol brilla sin el objetivo de darle calor a alguien. El que se encuentra a sí mismo es como el Sol».
«El mar es grande porque no desprecia los riachuelos».
«Incluso si únicamente necesitaras la espada una sola vez en tu vida, siempre debes cargarla».
«Las flores bonitas no dan buenos frutos».
«La pena, como un vestido desgastado, se tiene que dejar en la casa».
«Cuando hay amor, las marcas de viruela son igual de bellas que los hoyuelos en las mejillas».
«Una palabra buena puede darte calor durante los tres meses de invierno».
«Cede el paso a los tontos y los locos».
«Cerciórate 7 veces antes de dudar de una persona».
«Haz todo lo que puedas, en lo demás confía en el destino».
«La honestidad exagerada limita con la estupidez».