Cuando nos damos cuenta de que amar no es poseer a la otra persona podemos vivir una relación mucho más enriquecedora y sin miedos ni sometimientos
Cuando nos enamoramos, sentimos que esa persona forma gran parte de nuestras vidas y no queremos apartarnos nunca de ella. En ocasiones, este sentimiento puede volverse una necesidad.
Por este motivo, se debe aprender, por muy difícil que resulte, a amar sin sentimiento de propiedad o posesión.
En ocasiones, ocurre que amamos tanto a una persona que creemos que somos dueños de su vida queriendo dominar sus acciones. Algunas veces caemos en el error de querer cambiar su personalidad y forma de pensar, para sentirnos más a gusto y más seguros en la relación.
Es indispensable analizar primero si ese amor que sentimos es tóxico o es una relación tranquila. Cuando nos hace mucho daño, hay que empezar a aceptar que en cualquier momento se debe terminar esta relación enfermiza.
El momento de la separación
Sabemos que esta etapa amorosa es muy dolorosa. En esos momentos se pasa por un gran duelo que es importante calizar.
Es recomendable, aunque suene imposible, terminar una relación lo más amistosa posible; de este modo podemos evitar herir aún más a esa persona.
Es muy difícil aceptar que hay que separarse de una persona cuando realmente se ama. No obstante, tenemos que entender que no somos dueños de nadie y amar no significa poseer.
Una relación amorosa debe darse por decisión mutua entre dos personas, no se puede poseer a otro sin que esa persona lo desee realmente. Cuando se ama de verdad hay que dejar ir si así fuese el caso.
Síntomas que enfrentamos cuando dejamos ir a un ser amado
Resulta muy doloroso cuando dejamos ir a la persona que amamos; se sienten síntomas muy intensos que debemos contrarrestar. Para muchos es difícil entender la idea de por qué dejamos a alguien si es el verdadero amor.
Entre las consecuencias del proceso destacan los temidos síntomas, tales como insomnio y el desgarrador dolor en el alma.
También, entre otros, pueden darse casos de:
Dolores de cabeza
Pérdida de apetito
Mal humor
Depresión severa
La mejor decisión: amar no significa poseer
Siempre da miedo la separación por el hecho de que se tenga que pasar por todo el proceso de recuperación que hace sufrir. No obstante, si nos damos cuenta, es mejor transitar por todo esto a vivir en un sufrimiento prolongado.
Debemos empezar por tomar en cuenta que todo pasa y que, por mucho que se ame a otra persona, no podemos poseerla. Hay que entender que es mucho más placentero ver a la persona que amas ser feliz en vez de vivir una tortura.
Si entendemos esto y lo aceptamos será mucho mas fácil tomar esta decisión y enfrentarnos a este reto.
Seguramente, con el tiempo, nos sentiremos mucho mejor. Es muy reconfortante ver a quien se ama feliz, incluso si esa persona ya no pertenece a tu vida.
Solo quedan los bellos recuerdos junto a ella, el aprendizaje, las experiencias y algo muy valioso: recordar que esa persona es te ayudó a conocer el amor verdadero.
Hay que aprender que el amor, aunque perdure para siempre en el interior, físicamente podría llegar a no ser así.
Cuando se inicie una relación, se debe empezar con pensamientos positivos tomando en cuenta siempre que no somos dueños de otros. Debemos entender que la vida va pasando y en el transcurso de esa relación pueden suceder muchas cosas.
Es cierto que, en el momento de la unión, lo que menos pensamos es en una posible separación. Lo ideal es siempre prepararse tanto para lo bueno y para lo malo que se presente.
En la vida hay etapas, y debemos pasar por ellas disfrutando de cada momento, y sin arrepentirnos de una etapa que se cierra. Otros tiempos vendrán, y probablemente serán mejores.
¿Una separación momentánea o para siempre?
La vida puede sorprender y volver a unir a dos personas que se aman verdaderamente, aunque puedan pasar muchos años para esto. Aquellos que creen en el destino, aseguran que, si una persona está destinada a estar con otra, todo se reconducirá a ello.
Lo importante es analizar y aprender de esos errores para luego verlos como fortalezas para reiniciar una relación. Si se trabaja en ello, se mantiene la pasión que alguna vez se ocultó en el proceso de la separación.
Sin embargo, si no surge la reconciliación, hay que agradecer a esa persona por haber sido el medio para haber vivido ese gran amor.