Para muchos pequeños de todo el mundo, la Navidad representa, aparte del nacimiento de Cristo, recibir regalos. Ya sea que lo conozcas como San Nicolás, el Viejo Pascuero, Papá Noel o Santa Claus, este personaje trae ilusión a los niños.
Esta historia te dejará con sentimientos encontrados y con un nudo en la garganta. No creerás el regalo que esta pequeña hizo a Santa Claus en Navidad.
La historia sucedió en un centro comercial del estado mexicano de Tlaxcala, cuando María Eugenia, una niña de 7 años de edad se sentó en las piernas de Santa. El hombre le preguntó sonriendo qué quería para Navidad pero la niña, seria y cabizbaja, no respondió nada; Santa insistió con su pregunta y entonces María, acercándose a su oído contestó en un susurro: “No quiero juguetes, sólo quiero que por las noches “él” deje de tocarme”.
La petición de la pequeña dejó congelado a Francisco, que era el nombre real tras el Santa del centro comercial, quien con mucho esfuerzo logró mantener la compostura y le hizo otra pregunta: “¿Quién es el que te está haciendo eso?”
Con los ojos humedecidos y un nudo en la garganta María respondió: “El esposo de mi mamá, mi padrastro”
A los ojos de todos sus conocidos, José Antonio, el padrastro de María Eugenia, era un hombre bondadoso y un excelente padrastro que se esforzaba muchísimo por darle a la pequeña y a su madre un hogar dónde vivir. Pero la realidad era que, tras esa fachada de buen padrastro, se escondía una persona terrible, una que cada noche se escabullía hasta la habitación de la pequeña y se metía en su cama.
Para María Eugenia, vivir con su padrastro era una verdadera pesadilla. Peor aún era que en una ocasión había tratado de decirle todo a su madre, pero ésta no la escuchaba, creía que era invento de ella y le decía que fuera agradecida por todo lo que José Antonio hacía por las dos. Entonces, la única esperanza de la pequeña era contarle todo a quien ella sabía que podría ayudarla: Santa Claus.
Después de oír la respuesta de la pequeña, Francisco le prometió que todo mejoraría y que él le ayudaría a que todo terminara. Bajó a María de sus piernas y la vio alejarse hasta dónde se encontraban su madre y su padrastro, este último la tomó de la mano y girando hacía Santa, sonrío.
Eso fue todo lo que Francisco necesitaba, ya había identificado al hombre. Sin dudarlo un segundo, se puso de pie, caminó hacia ellos con paso firme y al encontrarse a la distancia necesaria, arremetió contra el padrastro de María Eugenia, tirándolo al suelo y golpeándolo una y otra vez mientras le gritaba que jamás volviera a acercarse a la pequeña. Los gritos de la esposa no se hicieron esperar y de inmediato una multitud los rodeó intentando separarlos.
Cuando la policía llegó, Francisco les explicó el porqué había atacado a José Antonio y ambos fueron detenidos. Apenas una horas después, Francisco, aún con el disfraz de Santa, fue liberado, pero José Antonio quedó en prisión en espera de su juicio.
Finalmente, después de meses de angustia y sufrimiento, María Eugenia podría dormir en paz, sabiendo que Santa había cumplido su promesa y que su padrastro no volvería a molestarla nunca más. Fue el mejor regalo que la niña podría recibir en su vida.
¿Apoyas el modo de actuar de este Santa?
¿Qué hubieras hecho tu?
Fuente: Uninoticias