Esto te duele, esto significa: "El dolor y las emociones"

Los seres humanos experimentamos varias emociones, desde la felicidad y la euforia a la tristeza y depresión. Cada una de estas emociones generan diversos ambientes en el cuerpo, ya que el organismo libera diferentes químicos dependiendo de la emoción.


Por ejemplo, si el cuerpo libera serotonina, dopamina u oxitocina, nos sentimos felices y satisfechos. Por otro lado, si el cuerpo libera cortisol, nos sentiremos estresados e incluso deprimidos.


Sería bueno reflexionar sobre qué sucede cuando estamos abrumados con pensamientos negativos todo el tiempo. O, por el contrario, si pensamos y sentimos positivo y con optimismo todo el tiempo. Es más, ¿qué pasa si somos indiferentes y no sentimos ni positivo ni en negativo?

Positivo v/s Negativo

¿Son las cosas positivas o negativas por naturaleza, o nosotros las definimos como tal? Parece ser que pasamos mucho tiempo pensando y juzgando lo que se debe considerar como positivo o negativo.
Por ejemplo, si una persona va manejando y otro se le cruza por delante de manera peligrosa, el primero se enoja o sigue manejando como si nada hubiese sucedido. Esto depende de la manera en que una persona ve la situación y lo aplica a todas las cosas en la vida.

Corta las Percepciones Tanto Como Puedas

Resulta ser que no existen experiencias positivas o negativas; todo se trata de nuestra percepción y de la manera en que las definimos. Así que nuestra percepción tiene el poder sobre una situación y sobre la manera en que una situación particular afecta a nuestro cuerpo.
Aunque podemos trabajar para superar los conceptos de cada experiencia y seguir adelante, a veces resulta que simplemente no tenemos el tiempo. Por lo tanto, entender y comprender cómo ciertas emociones afectan a nuestra salud, es de suma importancia.

“Si alguien desea una buena salud, primero debe preguntarse a sí mismo si está listo para lidiar con las causas de su enfermedad. De otra manera es imposible ayudarle” Hipócrates.

La Conexión Mente-Cuerpo

Existe una íntima conexión entre la mente y el cuerpo, entre las emociones y nuestros órganos internos, aunque no seamos capaces de ver esta conexión. Podemos tener una actitud mental positiva y, de esta manera, crear un estilo de vida saludable o tener pensamientos negativos y crear un estilo de vida no saludable por no saber lidiar con nuestros problemas internos.
Cuando sientes dolor en ciertas áreas, se trata de un asunto vinculado a un problema emocional. Aunque parezca extraño en primera instancia, esto es verdad en la mayoría de los casos. Por ejemplo, si sientes dolor en la espalda, las rodillas, el cuello o los hombros, es muy probable que trabajar con tus emociones te ayude a aliviar el dolor, y no a través del ejercicio o la fisioterapia.


La conclusión es que necesitamos aprender a procesar nuestras emociones y enfermedades rápidamente, determinando la razón por la que, en primer lugar, aparecieron en nosotros. Por ejemplo, si crees que porque es invierno y hace frío te vas a enfermar, las posibilidades son de que seguirás enfermándote cada vez que haga frío, hasta que entiendas que tienes el control sobre aquello y que todo depende de tu percepción.

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